Comunión de los Otros Países del V Suis

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jueves, 5 de marzo de 2015

Refutación a "Santo Tomás de Aquino y el bautismo de deseo"

Por Andrés Copusianus.

Santo Tomás de Aquino (1224-1274), gran teólogo y filósofo católico, Doctor Angélico. Canonizado el 18/7/1323 por el Papa Juan XXII en Aviñón (festividad 7 de marzo); proclamado Doctor de la Iglesia el 11/4/1567 por el Papa San Pío V.  Pese a ser un eminente filósofo y erudito, cometió algunos errores heréticos como su defensa del "bautismo de deseo", del "bautismo de sangre" y su negación de la "inmaculada concepción".


En primer lugar debo aclarar que el presente artículo no busca ser ningún menoscabo de la persona de Santo Tomás de Aquino ni de sus enseñanzas católicas, sino que simplemente este artículo pretende aclarar la postura oficial de la Iglesia católica en cuanto al sacramento del bautismo. 
En segundo lugar, como todos los católicos sabemos, existe un sólo bautismo que es el sacramento de ingreso a la Iglesia, cuya materia es el agua natural y verdadera (1); pero existen actualmente innumerables cyber-sectas como la de los raulmiguelistas o la de los loganianos, entre otras, que insisten en inventarse "bautismos" fantasiosos o no sacramentales, como el denominado "bautismo de deseo" o el "bautismo de sangre". Tales ficciones no existen dentro del canon magisterial infalible de la Santa Madre Iglesia, sino que son posturas ajenas a la catolicidad, engañifas del demonio para corromper las almas. 
En virtud de esto, voy a refutar el artículo de la secta raulmiguelista titulado "Santo Tomás de Aquino sobre el bautismo de deseo" (2), en el cual el heresiarca Raúl Miguel se basa en una obra falible del santo, para intentar embarrar teológicamente al pulcro e infalible Magisterio de la Iglesia. Tal actitud ciertamente sólo puede derivar de una persona maliciosa y deshonesta.
El artículo de Raúl Miguel lo único que hace es citar un fragmento de la Summa Theologica; específcamente la parte IIIa, cuestión 66, artículo 11, el cual dice textualmente: 
Artículo 11: ¿Es adecuada la distinción entre bautismo de agua, de sangre y de deseo? lat
Objeciones por las que parece que la distinción entre bautismo de agua, de sangre y de deseo, o sea, de Espíritu Santo, no es adecuada.
1. El Apóstol dice en Ef 4,5: Una sola fe, un solo bautismo. Pero no hay más que una sola fe. Luego no debe haber tres bautismos.
2. El bautismo es un sacramento, como se ha dicho más arriba (q.65 a.1). Pero sólo el bautismo de agua es sacramento. Luego no deben admitirse los otros dos bautismos.
3. San Juan Damasceno en su IV libro enumera otras muchas especies de bautismo. Luego no deben admitirse solamente tres.
Contra esto: la Glosa, comentando las palabras de Heb. 6, 2: la instrucción sobre los bautismos, dice: utiliza el plural porque hay un bautismo de agua, de penitencia y de sangre.
Respondo: Como ya se ha dicho anteriormente (a.2 ad 1; a.9 ad 1; q.62 a.5), el bautismo de agua recibe su eficacia de la pasión de Cristo —a la que uno queda configurado por el bautismo-y del Espíritu Santo como de la causa primera. Y, aunque el efecto dependa de la causa primera, ésta, sin embargo, sobrepasa el efecto y no depende de él. Y por eso, sin recibir el bautismo de agua, alguien puede recibir el efecto sacramental de la pasión de Cristo configurándose a ella mediante el sufrimiento por Cristo. Por lo que se dice en Ap 7,14: Estos son los que vienen de la gran tribulación y han lavado sus túnicas y las han blanqueado en la sangre del cordero. Y por la misma razón, uno puede conseguir el efecto del bautismo por virtud del Espíritu Santo no sólo sin el bautismo de agua, sino también sin el bautismo de sangre, por cuanto su corazón es movido por el Espíritu Santo a creer en Dios, a amarle y a arrepentirse de sus pecados, por lo que también se le llama bautismo de penitencia. De él se dice en Is 4,4: Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de la hija de Sión, y haya limpiado la sangre de Jerusalén del interior de ella con espíritu de justicia y ardor.
Así pues, a cualquiera de estas dos modalidades de bautismo se la llama bautismo por hacer las veces del bautismo. Por lo que dice San Agustín en IV De único Baptismo parvulorum: Que el martirio hace en ocasiones las veces del bautismo, lo argumenta confuerzo. San Cipriano de aquel ladrón no bautizado a quien se le dijo: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». Y yo, considerando esto bien, llego a la conclusión de que no sólo el sufrimiento por el nombre de Cristo puede suplir la falta del bautismo, sino también la fe y la conversión del corazón, si por falta de tiempo no se puede celebrar el sacramento del bautismo.
A las objeciones:
1. Los otros dos bautismos quedan incluidos en el bautismo de agua, que recibe su eficacia de la pasión de Cristo y del Espíritu Santo. Luego por esto no se destruye la unidad del bautismo.
2. Como ya se dijo más arriba (q.60 a.1), el sacramento pertenece a la categoría de los signos. Pero los otros dos convienen con el bautismo de agua no porque sean signos, sino en el efecto del bautismo. Y por eso no son sacramentos.
3. San Juan Damasceno habla de cosas que son figuras del bautismo, como el diluvio, que fue signo de nuestro bautismo en lo que se refiere a la salvación de los fieles en la Iglesia, pues entonces unos pocos fueron salvados en el Arca, como se dice en 1 Pe 3,20. Habla también del paso del mar Rojo, que significa nuestro bautismo, por la liberación de la servidumbre del pecado. Por lo que el Apóstol dice en 1 Cor 10,20 que todos fueron bautizados en la nube y en el mar. Habla igualmente de las diversas abluciones que se hacían en la antigua ley, y que prefiguraban nuestro bautismo, por lo que tiene de purificación de los pecados. Y habla también del bautismo de Juan, que fue una preparación para nuestro bautismo. (3)
Ahora pasaré a refutar este artículo herético, pero no sin antes aclarar que Santo Tomás de Aquino no es ningún hereje obviamente, como insinúa Raúl Miguel que los católicos decimos, sino que simplemente ese fue un error herético en un momento de la vida del santo, y la prueba de ello está en que las canonizaciones son infalibles (4), lo que no significa que los santos sean "infalibles". Las enseñanzas de los santos son falibles, y sólo el Magisterio ex cathedra de la Iglesia, por el Papa o los Concilios Ecuménicos, es que son infalibles.  En artículos precedentes he explicado exhaustivamente este asunto y he demostrado cómo la secta raulmiguelista en realidad, niega subrepticiamente la infalibilidad papal (5). 
Como observamos en la primera objeción, Santo Tomás confiesa que hay una sóla fe y que no pueden existir tres bautismos. A continuación, en la segunda objeción, él confiesa que SÓLO el bautismo de agua es sacramento, y que por ende no pueden admitirse otros dos bautismos. Y en la tercera objeción, nos brinda un ejemplo de un santo que sólo admite un único bautismo.
Ahora refutaré el "contra est quod", que dice: 
"La Glosa, comentando las palabras de Heb. 6, 2: la instrucción sobre los bautismos, dice: utiliza el plural porque hay un bautismo de agua, de penitencia y de sangre." (6)
La realidad es que en Hebreos 6:2, se habla en plural por el mero hecho de que muchas personas son bautizadas, lo que no quiere decir que existan varios tipos de bautismo, ya que en Efesios 4:5, la Santa Biblia enseña que existe sólo UN bautismo; y la Santa Biblia--esto es de fide--no puede contradecirse porque es infalible.  Además, el Papa Clemente V, en el Concilio de Vienne, EX CATHEDRA dijo:
Además ha de ser por todos fielmente confesado un bautismo único que regenera a todos los bautizados en Cristo, como ha de confesarse ‘un solo Dios y una fe única’ (Ef. 4, 5); bautismo que, celebrado en agua en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, creemos ser comúnmente, tanto para los niños como para los adultos, perfecto remedio de salvación” (7)
Como vemos, el Magisterio infalible de la Iglesia enseña que en este pasaje que: 
  1. Todos los fieles debemos creer en un único bautismo. 
  2. Existe un sólo Dios verdadero y una fe verdadera, como enseña la Biblia en Efesios 4:5.
  3. El sacramento del bautismo se celebra en agua. 
  4. El sacramento del bautismo se celebra "en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". 
  5. El sacramento del bautismo puede otorgarse tanto a adultos como a niños.
Y ahora refutaré el "respondeo", que afirma: 
"Como ya se ha dicho anteriormente (a.2 ad 1; a.9 ad 1; q.62 a.5), el bautismo de agua recibe su eficacia de la pasión de Cristo —a la que uno queda configurado por el bautismo-y del Espíritu Santo como de la causa primera. Y, aunque el efecto dependa de la causa primera, ésta, sin embargo, sobrepasa el efecto y no depende de él. Y por eso, sin recibir el bautismo de agua, alguien puede recibir el efecto sacramental de la pasión de Cristo configurándose a ella mediante el sufrimiento por Cristo. Por lo que se dice en Ap 7,14: Estos son los que vienen de la gran tribulación y han lavado sus túnicas y las han blanqueado en la sangre del cordero.
Y por la misma razón, uno puede conseguir el efecto del bautismo por virtud del Espíritu Santo no sólo sin el bautismo de agua, sino también sin el bautismo de sangre, por cuanto su corazón es movido por el Espíritu Santo a creer en Dios, a amarle y a arrepentirse de sus pecados, por lo que también se le llama bautismo de penitencia. De él se dice en Is 4,4: Cuando el Señor haya lavado la inmundicia de la hija de Sión, y haya limpiado la sangre de Jerusalén del interior de ella con espíritu de justicia y ardor.
Así pues, a cualquiera de estas dos modalidades de bautismo se la llama bautismo por hacer las veces del bautismo. Por lo que dice San Agustín en IV De único Baptismo parvulorum: Que el martirio hace en ocasiones las veces del bautismo, lo argumenta confuerzo. San Cipriano de aquel ladrón no bautizado a quien se le dijo: «Hoy estarás conmigo en el paraíso». Y yo, considerando esto bien, llego a la conclusión de que no sólo el sufrimiento por el nombre de Cristo puede suplir la falta del bautismo, sino también la fe y la conversión del corazón, si por falta de tiempo no se puede celebrar el sacramento del bautismo." (8)
Santo Tomás de Aquino hace una interpretación libre de las Sagradas Escrituras, pero que no coincide con la interpretación oficial que da la Iglesia, porque según enseña el Magisterio y la propia Biblia, Cristo sólo le confirió infalibilidad a San Pedro y sus sucesores, pero NO a los Doctores como Santo Tomás de Aquino ni a los santos en general, como bien enseña el Magisterio ex cathedra, en el Concilio Vaticano, por el Papa Pío IX quien dijo:
Así, pues, este carisma de la verdad y DE LA FE NUNCA DEFICIENTE, FUE DIVINAMENTE CONFERIDO A PEDRO Y A SUS SUCESORES EN ESTA CÁTEDRA…” (9)
Como vemos, sólo el Sumo Pontífice de Roma es infalible, así que la secta de los raulmiguelistas erran de forma mayúscula al apelar a Santo Tomás de Aquino, para defender su herejía. Además, para demostrar la propia contradicción interna de dicho santo (eminente en muchísimos aspectos, pero que en esta materia, erra de forma superlativa), él mismo en su Summa Theologica afirmó:
"El bautismo es un sacramento, como se ha dicho más arriba (q.65 a.1). Pero sólo el bautismo de agua es sacramento." Summa Theologica, IIIa, c66, a11, objeción 2. (10).
Como vemos Raúl Miguel es tan torpe, que no se da cuenta de la contradicción evidente de Santo Tomás de Aquino, al confesar por un lado que "SÓLO el bautismo de agua es sacramento" y luego, admitir que existen otros dos bautismos. Eso en lógica se llama contradicción y el Magisterio infalible de la Iglesia no admite contradicciones, ergo, la Summa Theologica es FALIBLE, como toda obra de los doctores y santos de la Iglesia, que no coincidan con el Magisterio infalible.
Finalmente el Papa Pablo III, ex cathedra, en el Sacrosanto y Ecuménico Concilio de Trento, canon 5 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, enseña:
“Si alguno dijere que el bautismo [el sacramento] es libre, es decir, no necesario para la salvación, sea ANATEMA.” (11)
Tal es el caso de las sectas neo-pelagianas como los raulmiguelistas, los loganianos y demás defensores de los "bautismos" no sacramentales y la salvación por "ignorancia invencible". 
Finalmente, refutando a las tres objeciones: 
  1. La realidad es que los otros dos "bautismos" no son bautismos, sino elementos constituyentes del sacramento del bautismo, cuyo vínculo es indivisible de los demás, como enseña el Papa San León Magno en el Concilio de Calcedonia: "(...) El Espíritu de santificación y la sangre de redención y el AGUA del bautismo. Estos tres son UNO y permanecen INDIVISIBLES. Ninguno es separable de su vínculo con los demás".
  2. Aquí una vez más Santo Tomás confiesa que el "bautismo" de deseo y el "bautismo" de sangre no son sacramentos. 
  3. Esos signos y prefiguraciones en realidad están negando el "bautismo" de deseo, ya que por ejemplo, en el caso del Diluvio universal, sólo se salvaron aquellos que entraron al Arca y no los que desearon entrar, pero no lo hicieron. 
En realidad esto es lo que enseña el Magisterio infalible de la Iglesia:
Papa Pablo III, Concilio de Trento, can. 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, EX CATHEDRA: “Si alguno dijere que el agua verdadera y natural no es necesaria en el bautismo y, por tanto, desviare a una especie de METÁFORA las palabras de nuestro Señor Jesucristo: ‘Si alguno no renaciere del agua y del Espíritu Santo’ (Juan 3, 5), sea ANATEMA”  (12)
Así pues, ha quedado completamente refutado el artículo de Santo Tomás de Aquino defendiendo el "bautismo" de deseo. Sólo existe un único sacramento del bautismo, cuya materia es el agua natural y verdadera.


Referencias y notas

(1)  Papa Pablo III, Concilio de Trento, canon 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547.
(3) Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, parte IIIa, cuestión 66, artículo 11.
(4) Las canonizaciones son infalibles, porque son una constatación de que alguien que ya es santo, lo es en verdad, o sea, que está en el Cielo. 
El Papa Benedicto XIV (1740 - 1758) en el Libro “Synopsis Theologiae Dogmaticae Fundamentalis” p. 624
Si alguien se atreve a afirmar que el Pontífice ha cometido un error en esta o aquella canonización, diremos que es, si no un hereje, al menos temerario, un dador de escándalo para toda la Iglesia, un insultador de los santos, un favorecedor de aquellos herejes que niegan la autoridad de la Iglesia en la canonización de los santos, saboreando de herejía dando creyentes una ocasión para burlarse de los fieles, la afirmación de una opinión errónea y responsable a muy graves sanciones."

San Alfonso María de Ligorio, en el libro, “El gran medio de la salvación y perfección” 1759, p. "Suponer que la Iglesia puede errar en canonización, es un pecado, o es una herejía, según San Buenaventura, Belarmino, y los demás, o al menos al lado de la herejía, de acuerdo con Suárez, Azorius, Gotti, etc , debido a que el Sumo Pontífice, según Santo Tomás, se guía por la influencia infalible del Espíritu Santo de una manera especial al canonizar a los santos ".
(5) Mi ensayo "Sobre la infalibilidad papal y del Magisterio ex cathedra": primera parte y segunda parte
(6) Idem 3. 
(7) Papa Clemente V, Concilio de Vienne, 1311-1312. Denzinger 482. 
(8) Idem 3.  
(9) Papa Pío IX, Concilio Vaticano, 1870. Denzinger 1837.  
(10) Idem 3.  
(11) Papa Pablo III, Concilio de Trento, canon 5 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547. Denzinger 861. 
(12) Idem 1.  

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