Comunión de los Otros Países del V Suis

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viernes, 13 de marzo de 2015

Reflexión sobre el magisterio raulmiguelista

Breve reflexión sobre el magisterio raulmiguelista y la Doctrina Católica sobre el Sacramento del Bautismo.

Por Andrés Copusianus. 

La materia del sacramento del bautismo (puerta de entrada a la Iglesia, el Arca de Salvación, Cuerpo Místico de Cristo) es el AGUA verdadera y natural. FUERA DE LA IGLESIA NO HAY SALVACIÓN.

Cada vez que los herejes insultan al sacramento del bautismo, se está insultando a la Iglesia Católica y a Cristo, quien es su Cabeza. Por eso, es que nos vemos obligados a seguir predicando la verdad de que este sacramento es la puerta de entrada a la Iglesia católica, como lo enseña el Magisterio infalible:


Papa Pablo III, Concilio de Trento, sesión 7, can. 5 sobre el sacramento del bautismo, ex cathedra: “Si alguno dijere que el bautismo [el sacramento] es libre, es decir, no necesario para la salvación (Juan 3, 5), sea ANATEMA.” (1)
Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Exultate Deo”, 22 de noviembre de 1439, ex cathedra: “El primer lugar entre los sacramentos lo ocupa el santo bautismo, que es la puerta de la vida espiritual pues por él nos hacemos miembros de Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y habiendo por el primer hombre entrado la muerte en todos, ‘si no renacemos por el agua y el Espíritu’ como dice la Verdad, ‘no podemos entrar en el reino de los cielos’ (Juan 3, 5). La materia de este sacramento es el agua verdadera y natural” (2)

Pese a que el Magisterio infalible de la Iglesia enseña que la materia del sacramento del bautismo es el agua verdadera y natural, la secta raulmiguelista y sectas similares sin embargo, se empeñan en pretender imponer su herejía a todos aquellos quienes se autodenominan como “católicos tradicionalistas” o “sedevacantistas”. Precisamente, vivimos en un mundo de infieles, ya que en primer lugar hay muchísimas personas que no se consideran cristianas (y no lo son), luego hay otros millones que sí se consideran cristianos, pero no católicos; otros que se consideran católicos, pero siguen a la secta del Vaticano II, y muy pocos millones de personas que se consideran “católicos tradicionalistas”, ya que rechazan el “Concilio” Vaticano II. Dentro de este último grupo de personas, están aquellos que pese a rechazar el Vaticano II, sufren de la bipolaridad de, pese a rechazarlo, siguen siendo leales al falso “Papa” (que no es Papa legítimo, sino un usurpador) del Vaticano II, desde 1958 a la fecha. Esos son los llamados “línea media” o “moderados”, que son representados principalmente por la Fraternidad Sacerdotal San Pío X (FSSPX) y ellos son seguidores del arzobispo Marcel Lefebvre, quien fue un cismático—porque reconocía al “Papa” falso—y además hereje, por negar el dogma “fuera de la Iglesia no hay salvación”. De hecho, la mayoría de los sacerdotes supuestamente “católicos” del mundo, hoy en día, son herejes, que van rumbo a la condenación eterna, y todo, no sólo porque aceptan a los falsos “Papas” del Vaticano II, sino porque rechazan el dogma de la Iglesia: EXTRA ECCLESIAM NULLA SALUS, es decir: 

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino”, 1441, ex cathedra:
[La Iglesia] Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia católica, no sólo los paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41), a no ser que antes de su muerte se uniere con ella; y que es de tanto precio la unidad en el cuerpo de la Iglesia que sólo a quienes en él permanecen les aprovechan para su salvación los sacramentos y producen premios eternos los ayunos, limosnas y demás oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana. Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la Iglesia católica” (3)

Por eso, dentro de los “tradicionalistas” existen varios grupos: los conciliares, los sedevacantistas, los sedeprivacionistas, los de la tesis de Cassiacum, los conclavistas y los sirinistas. Pero, ¿cuáles son verdaderos católicos? Es simple, aquellos quienes sigan el dogma de la Iglesia en su integridad y no que se anden inventando innovaciones heréticas como los falsos “bautismos” de sangre y deseo o la blasfema salvación por “ignorancia invencible” (condenados por los Concilios Ecuménicos, como Florencia, Trento, etcétera). Las personas que se dicen “tradicionalistas” y siguen esos falsos dogmas, NO son católicos, sino miembros de la Sinagoga de Satanás, quienes se están burlando de los católicos sinceros, y peor, de la Majestad de Cristo.
Tal es el caso de la secta raulmiguelista, quien escribió el artículo titulado “Reflexión sobre el magisterio dimoniano”, para burlarse de la Iglesia católica romana. Está claro para nuestros lectores que nosotros NO somos dimonianos, sino católicos lisa y llanamente. El heresiarca Raúl Miguel, gran difusor de las espeluznantes herejías de los “bautismos” ficticios o no sacramentales, cita a las Sagradas Escrituras, para acusarnos de ser lo que él es precisamente: un falso profeta (o en su caso, sería más apropiado el término de "profeta chanta"). Reiteremos entonces su cita, y sigamos las enseñanzas de la Santa Biblia:

  • Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestiduras de ovejas, mas por dentro son lobos rapaces. (Mt VII: 15)
  •  "...Guardaos, os digo, del fermento de los fariseos y saduceos". Entonces cayeron en la cuenta de que no les había dicho que se guardasen del fermento del pan, sino de la doctrina de los fariseos y saduceos. (Mt XVI: 11-12)
  • Porque se levantarán falsos mesías y falsos profetas, y obrarán grandes señales y prodigios para inducir a error, si posible fuera, aun a los mismos elegidos. (Mt XXIV: 24).
  • Os recomiendo, hermanos, que tengáis los ojos sobre los que producen divisiones y escándalos en contra de la doctrina que habéis aprendido, y que os apartéis de ellos, porque ésos no sirven a nuestro Señor Cristo, sino a su vientre, y con discursos suaves y engañosos seducen los corazones de los incautos. (Rom XVI: 17-18)
  • Como hubo en el pueblo profetas falsos, así habrá falsos doctores, que introducirán sectas perniciosas, llegando hasta negar al Señor que los rescató, y atraerán sobre sí una repentina ruina. (2Pe II: 1).
  • Muchos les seguirán en sus liviandades, y, por causa de ellos, será blasfemado el camino de la verdad. Llevados de la avaricia, harán de vosotros mercadería con palabras mentirosas, pero su condenación, ya antigua, no tardará, su ruina no se retrasará. (II Pe II: 1-3) (4)


Como vemos, el heresiarca Raúl Miguel y sus discípulos caen justamente en la categoría de falsos profetas y lobos rapaces, porque se puede observar en todos los debates y discusiones que hemos tenido con ellos, cómo se hacen los buenos para el público, pero en privado censuran nuestros mensajes, parcial o completamente, a la vez que nos difaman por internet escribiendo pestes sobre nosotros: que somos “esto”, que somos “aquello”, y todo lo hacen sin pruebas, injuriando e insultando de forma gratuita, porque carecen por completo de argumentos lógicos para contradecirnos.
Ellos son fariseos y saduceos, que alegan seguir la Ley, pero en realidad la desprecian y se inventan leyes acordes a sus caprichos, en lugar de seguir la Ley de Dios como Él manda. Así se irguen ellos como falsos profetas y falsos mesías, con su falsa “ciencia” positivista, para así poder engañar a la mayor cantidad de personas posibles, incluso, a los propios elegidos; ellos además, producen divisiones y escándalos, atentan contra la doctrina enseñada por Cristo y todo eso, lo hacen con discursos suaves y seductores para engañar a los corazones incautos. Pues así habla Raúl Miguel, con suavidad y dulzura, para engañar a una sociedad afeminada y progresista como en la que se vive actualmente en Occidente (ex-Occidente más bien, del cual nosotros los copusianus somos uno de sus últimos bastiones); por eso los raulmiguelistas no pueden admitir que sólo pocos se van a salvar, porque ellos en el fondo saben que ya son “casos perdidos”, y lo único que les resta por hacer es seducir a la mayor cantidad de personas posibles en su insania impía, para arrastrarlos hacia las tinieblas.
Con ese lenguaje suave y dulzón, es que esa gentuza afeminada, cripto-progresista y liberaloide como Raúl Miguel y sus discípulos, logran seducir a las personas. Y claro, la mayoría de la gente, quienes viven de forma permanente en el pecado, ¿qué creen que van a elegir? ¿A la Iglesia católica y su enseñanza que dice que sólo los predestinados (sólo los bautizados) pueden salvarse o a las sectas laxistas que dicen que en ciertos casos, hasta los ateos, judíos o paganos, pueden salvarse? Claro, es comprensible que la mayoría de los dizque “tradicionalistas”, acepten al discursito más flojo, dulce y amanerado, y no al discurso duro, que te refriega en la cara el hecho de que debes ser bautizado y cumplir estrictamente con la Ley de Dios, para poder ser salvo, y que, en el caso de que eso ocurra, eso no va a ser por tus méritos, sino por la Gracia de Dios.
Pero esa realidad no resulta cómoda para la sociedad progre en la que vivimos; ni siquiera les resulta cómodo para los “tradicionalistas”, porque ellos también están contaminados por la inmundicia laxista y relativista de esta época; ellos prefieren vivir cómodos en el mundo, pontificando como “doctores” en sus universidades sectarias y tal es el caso de Raúl Miguel, quien necesita de titulillos para debatir y se jacta de su vana “sabiduría”, que no pasa de necedad. Sí, porque en su soberbia él es incapaz de darse cuenta de sus propias contradicciones, como por ejemplo cuando se le presenta una cita del Magisterio infalible y él dice que eso debe “interpretarse de acuerdo al sentir común de los doctores”, aun cuando él mismo, en otras partes de su bitácora alega que él sigue el dogma de forma literal y asevera seguir el dogma “fuera de la Iglesia no hay salvación”. Pero si “fuera de la Iglesia no hay salvación” en serio, como lo enseña la Santa Madre Iglesia, entonces quiere decir que no hay otra forma de salvarse, sino estando bautizado y siendo un buen católico. Pero no, según estos herejes pestilentes (¡porque son una peste realmente!, ¡están por todas partes como ratas!) resulta que hay excepciones como personas que tuvieron el “deseo” de bautizarse pero no lo hicieron, o personas que se desangraron por Cristo, pero no se bautizaron, o—lo más ridículo de todo—personas que viven en “ignorancia invencible” y nunca se enteraron de que Cristo existe y la Iglesia existe. ¡Pero hay que ser bien malintencionado para creerse en tal estupidez!
Aparte, Raúl Miguel se vanagloria citando algunos errores de Santo Tomás de Aquino, como el refutado en mi artículo anterior, pero omite que el propio Santo Tomás de Aquino negó la “salvación por ignorancia invencible”, cosa que el heresiarca Raúl Miguel defiende. He aquí pues, otras de las contradicciones de personas sectarias como los raulmiguelistas, ya que en la propia Summa Theologica (y también en Sentencias), enseña Santo Tomás de Aquino:

"Mas en el tiempo de la gracia revelada, mayores y menores están obligados a tener fe explícita en los misterios de Cristo, sobre todo en cuanto que son celebrados solemnemente en la Iglesia y se proponen en público, como son los artículos de la encarnación de que hablamos en otro lugar (q.1 a.8). En cuanto a otras consideraciones sutiles sobre artículos de la fe, hay quienes están obligados a creer de manera más o menos explícita, según el estado y oficio de cada cual."  (5)

"Por consiguiente, en el tiempo subsiguiente a la divulgación de la gracia están todos obligados a creer explícitamente el misterio de la Trinidad. Y cuantos renacen en Cristo lo consiguen por la invocación de la Trinidad, según consta en San Mateo: Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo (Mt 28,19)." (6)
Si un hombre nacido entre las naciones bárbaras, hace lo que puede, Dios mismo le mostrará lo qué es necesario para la salvación, ya sea por inspiración o el envío de un maestro para él.”  (7)

Como vemos en estos pasajes, Santo Tomás de Aquino condena la idea de salvarse por ignorancia invencible, porque él dice que TODOS están obligados a creer explícitamente el misterio de la Trinidad. 
Ahora bien, Raúl Miguel dirá que en este caso Santo Tomás de Aquino se “equivocó”, cuando no es así, pero cuando Santo Tomás sí se equivocó, Raúl Miguel afirmó que “no se equivocó”. Con esto observamos la selectividad y el completo relativismo teológico de la secta raulmiguelista; y así no podemos más que repugnarnos ante la malicia y completa deshonestidad intelectual de estos apestosos herejes, puesto que Santo Tomás de Aquino NO es Magisterio infalible, pero las declaraciones ex cathedra de los Papas y los Concilios Ecuménicos sí lo son. Por ejemplo:

Papa Pablo III, Concilio de Trento, can. 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que el agua verdadera y natural no es necesaria en el bautismo y, por tanto, desviare a una especie de metáfora las palabras de nuestro Señor Jesucristo: ‘Si alguno no renaciere del agua y del Espíritu Santo (Juan 3, 5), sea ANATEMA” (8)

Así entonces podemos leer--de forma LITERAL--sin interpretar nada como hacen los raulmiguelistas con su libre examen, que el Magisterio infalible de la Iglesia está en realidad condenando a todos aquellos que digan que el agua verdadera y natural no es necesaria para el bautismo (y que desvían a una simple metáfora el pasaje bíblico de Juan 3:5). Quienes creen que existen otros dos bautismos como el de "deseo" o el de "sangre" están directamente contradiciendo este canon de Trento, que enseña que es imprescindible la materia del agua verdadera y natural, para poder cumplirse con el sacramento del bautismo. 
Además, si le agregamos el hecho de que esos otros dos bautismos, contradicen al dogma cuando enseña que existe sólo un bautismo (como dice el pasaje bíblico de Efesios 4:5), es lógico darse cuenta de la impresionante deshonestidad intelectual de los herejes creyentes en el "bautismo" de deseo. 
Pero como dice el hereje Raúl Miguel, volvamos ahora a las Sagradas Escrituras, y veamos como él se sigue contradiciendo: 


"21 Y si ustedes piensan: “¿Cómo podremos saber que lo que se ha dicho no es la palabra del Señor?”, deben tener esto en cuenta: 22 Si lo que el profeta ha dicho en nombre del Señor no se cumple, es señal de que el Señor no lo dijo, sino que el profeta habló movido sólo por su orgullo; por lo tanto, no le tengan miedo." Dt.18:21-22. (9)

Esto es totalmente cierto y lo comprobamos muchas veces en la vida diaria, cuando un montón de falsos profetas protestantes predicen que ocurrirá tal cosa y nunca sucede. Un ejemplo que se me viene a la cabeza, es el caso de Harold Campings, un pastor protestante de radio que dijo como más de tres veces que el mundo se terminaría en una determinada fecha y tales profecías no se cumplieron. La razón: Dios no dijo nada de eso, que el pastor decía.
Entonces, Raúl Miguel acusa y refiriéndose a los Dimonds dice:
"Es decir ¿Acaso todo lo que ellos dicen se cumple? ¿Acaso no han escrito libros y producido películas sin más pruebas que los pareceres de ellos mismos? ¿Acaso no hemos sido testigos de ese video sobre la Hermana Lucía, cuya prueba principal era un par de fotos? ¿Acaso sus advertencias apocalipticas son católicas o son más bien protestantes? ¿Acaso se han cumplido sus fantasías? ¿Acaso su doctrina es acorde a la profesada por la Santa Iglesia durante dos milenios? ¿O no es cierto que ellos mutilan y acomodan el Magisterio para que concuerde con sus textos? ¿A quién hemos de creerles entonces? ¿A los Doctores, Santos, Teólogos, Papas... o a Pedro y Miguel Dimond, que con arrogancia y temeridad dicen saber quienes ya están en el infierno? " (10)
En primer lugar, demás está decir que en C.O.P.V.S. no estamos con los Dimonds, porque ellos han cometido errores. En segundo lugar, me consta de que los Dimonds no han hecho ni una profecía, si bien es cierto sí han dado opiniones personales sobre el Apocalipsis y no predicciones, lo cual por cierto, no tiene nada de malo, porque la Iglesia no prohíbe (excepto que se proponga el milenarismo craso, el cual sí está condenado); así que contestando a ese tren de preguntas:
  1. Los Dimonds no dan profecías. 
  2. Los libros que han escrito es muy probable que Raúl Miguel no se haya tomado la molestia de leerlos, pero en dichos libros, en la parte que trata sobre el Magisterio infalible de la Iglesia, los Dimonds no le agregan ninguna innovación, sino que más bien se limitan a recopilar pasajes del Magisterio. En cuanto a los videos, no los he visto todos, así que no opinaré. Sin embargo, los Dimonds han cometido algunas herejías sutiles, como lo he demostrado anteriormente (herejía babeliana y herejía laxista sutil).
  3. Sí, es cierto, ¿y qué? Me parece que en eso tienen razón. ¿Tiene el heresiarca Raúl Miguel alguna prueba? O sea, Raúl Miguel confiesa ¡que apoya la falsa hermana Lucía de Juan Pablo II!!! Ok, gracias Raúl Miguel por seguir contradiciéndote a cada rato (y pensar, que nos dices que te "opones" a Wojtyla).
  4. Son católicas, aunque no te guste (si bien ellos no son católicos, porque tienen herejías, pero esas opiniones sí son católicas), ya que los católicos podemos opinar sobre el Apocalipsis, puesto que el Magisterio infalible no condena esas interpretaciones. 
  5. Me remito a la contestación número 1.
  6. Sí, excepto por sus dos herejías: la babeliana y la laxista sutil. 
  7. No, no es cierto, pero curiosamente para las dos herejías que ellos defienden, no se pueden respaldar con el Magisterio infalible, pues claro, ¡el Magisterio infalible no dice que por ejemplo, el "mestizaje es bueno"! 
  8. Hemos de creerles ni a los raulmiguelistas ni a los Dimonds, ¡sino a Cristo y su Santa Iglesia!
  9. Hemos de creer el Credo Niceno-Constantinopolitano, al Magisterio infalible de la Santa Madre Iglesia, es decir: las declaraciones ex cathedra de los Papas y a los Concilios Ecuménicos, y sí, a los Doctores y Santos también, pero siempre y cuando no se contradigan con lo anterior. Porque el dogma no puede contradecirse, porque si no quiere decir que es falso; si fuera cierto lo que pretenden los raulmiguelistas ("bautismos" ficticios y salvación por "ignorancia invencible"), entonces eso quiere decir que "los dogmas evolucionan", que los Papas se equivocaron, que el Sacrosanto Concilio Ecuménico de Trento es falso, que la Iglesia es un fraude, que Cristo mintió, y por ende...¡que Dios no existe! ¿Es todo eso cierto? ¡NO! La Iglesia NUNCA cometió ningún error, NUNCA se contradijo, ni la Biblia, ni el Magisterio infalible, porque la verdad no puede contradecirse a la lógica. 
Es interesante esta cita de Raúl Miguel sobre los Dimonds:
"Ellos mismos se han hecho llamar "ungidos", que en griego se dice Χριστός: Cristo." (11)
¿Ah sí? ¿Dónde? La verdad que no me lo creo.  Esto tiene un nombre: falacia del hombre de paja, que consiste en inventarse un enemigo ficticio para atacarlo, en lugar de dirigirse al contrincante real. Y a continuación el heresiarca asevera pomposamente:
"Ellos sostienen que todos los católicos que resistimos a la doctrina feneyeta-dimoniana del bautismo, creemos que existen tres bautismos diferentes y no un sólo bautismo. Eso es falso. Nosotros seguimos la enseñanza unánime de la Iglesia es que existe un sólo bautismo, no tres, como los dimonianos y sus seguidores quieren hacer creer para generar confusión. Los católicos creemos que sólo hay un bautismo, aunque pueden haber tres especies de él, como bien indica el fragmento que reproducimos al final del presente ensayo del Diccionario de Teología escrito por M. Bergier, de 1847 y que alcanzó una gran difusión y fue traducido a numerosos idiomas y alcanzó muchísima fama en todo el orbe católico. En definitiva, ese artículo explica los denominados medios ordinarios y extraordinarios de salvación, algo que, en su supina ignorancia y grave temeridad, los dimonianos niegan." (12)

En primer lugar, los raulmiguelistas son herejes pelagianos y laxistas, NO católicos. En segundo lugar, ellos se contradicen, ya que dicen por un lado que existe un único bautismo (afirmación católica) y por otro lado dicen que existe el "bautismo de deseo" y el "bautismo de sangre" (afirmación herética). Esto es contradictorio, porque es como decir: "La casa de mi primo es de color verde y no es verde" o "Yo tengo un cachorrito pequeño que es grande (no-pequeño)" o "Existe una sola clase de piscina: la de agua, la de deseo y la de sangre (que son tres especies)". 
Todas esas afirmaciones son contradicciones, van contra la lógica, atentan contra la verdad, ya que si la casa del primo es de color verde, no puede dejar de ser verde; si el cachorrito es pequeño, no puede ser grande; y finalmente, si admitimos que existe un sola clase de piscinas, ¡entonces no pueden haber tres clases (o "especies")! Así que según el heresiarca Raúl Miguel, nosotros somos unos supinos ignorantes y graves temerarios, ya que no creemos en esa patraña de "medios extraordinarios de salvación". Ellos se están contradiciendo en el mismo enunciado y como buenos subnormales y sectarios fanáticos, no se dan cuenta de ello, ¡niegan a la lógica!
Si el bautismo es uno (una especie), entonces ¡no pueden haber tres especies! O es uno, o son tres. Estos herejes en su subnormalidad crónica y soberbia superlativa, apelan a un tal M. Bergier que NO es para nada Magisterio infalible de la Iglesia, con tal de apoyarse a su herejía. Eso se llama falacia de la autoridad y en este caso, una autoridad falsa, ya que si fuera la autoridad de la Iglesia, ahí no sería falacia. Por eso mismo, nosotros basándonos en la autoridad infalible del Magisterio ex cathedra sostenemos que sólo existe un bautismo, una fe y un Señor, como enseña la Santa Biblia en Efesios 4:5. (13)
Así, contra las contradicciones de los raulmiguelistas y sus herejías insensatas e impías, enseña la Iglesia:

Credo Niceno-Constantinopolitano, 381, ex cathedra: “Confesamos un bautismo para la remisión de los pecados”. (14)
Papa San Celestino I, Concilio de Éfeso, 431: “Después de haber leído estas santas frases y encontrándonos de acuerdo (de que hay ‘un Señor, una fe, un bautismo’ [Ef. 4, 5]), hemos dado gloria a Dios, que es el Salvador de todos…” (15)

Papa San León IX, Congratulamu vehementer, 13 de abril de 1053: “Creo que hay una sola verdadera Iglesia santa, católica y apostólica, en la que se da un solo bautismo y verdadera remisión de todos los pecados” (16)

Papa Bonifacio VIII, Unam sanctam, 18 de noviembre de 1302, ex cathedra: “‘Una sola es mi paloma, una sola es mi perfecta’. (…) Ella representa un solo cuerpo místico, cuya cabeza es Cristo, y la cabeza de Cristo, Dios. En ella hay ‘un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo’ (Ef. 4, 5)” (17)

Papa León XII, Ubi primum, # 14, 5 de mayo de 1824: “Por ella estamos enseñados, y por fe divina mantenemos un Señor, una fe, un bautismo, y que ningún otro nombre bajo los cielos es dado a los hombres excepto el nombre de Jesucristo en que debemos ser salvos. Esto es porque profesamos que no hay ninguna salvación fuera de la Iglesia   (18)

Como vemos, por ningún lado enseña el Magisterio infalible, que existan tres bautismos; es más, como ya hemos visto en el Concilio de Trento, se condena la idea de que el sacramento del bautismo pueda ser otorgado sin la materia del agua verdadera y natural. Reitero:

Papa Pablo III, Concilio de Trento, can. 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, ex cathedra: “Si alguno dijere que el agua verdadera y natural no es necesaria en el bautismo y, por tanto, desviare a una especie de metáfora las palabras de nuestro Señor Jesucristo: ‘Si alguno no renaciere del agua y del Espíritu Santo (Juan 3, 5), sea ANATEMA”(19)
Prosigue Raúl Miguel:

"Cuando los laicos Pedro y Miguel Dimond, o sus adláteres como Jorge Eduardo Clavellina Peñaloza (que llegó a dedicarme todo un libro tildándome de hereje) sostienen que nosotros creemos en "tres bautismos" caen en un error muy similar al de los herejes unitarios que sostenían que los trinitarios no creían en un sólo Dios, sino en tres dioses diferentes. Un ejemplo lo tenemos en los antiguos arrianos y los actuales Testigos de Jeohvá, quienes se refieren al "horrible monstruo de tres cabezas", para referirse a Dios. Ejemplos históricos son el de  Fausto Socino, para quien Dt VI: 4 debía ser interpretada de manera absolutamente literal y por lo tanto, rechazaba en consecuencia del Hijo y del Espíritu Santo; también tenemos el caso de Miguel Servet, hereje protestante, aragonés que en su De Trinitatis Erroribus consideró que la doctrina trinitaria era contradictoria, ilógica y falsa, al igual que la posibilidad del bautismo de deseo, al que llamó "fábula escolástica". ¿Casualidad?" (20)
Primera estupidez de R.M.: los hermanos Pedro y Miguel Dimond NO son laicos, sino monjes benedictinos auténticos, como fue probado según la Corte Suprema de Nueva York, y lo son además, porque siguen la regla de la Orden de San Benito e hicieron los votos correspondientes. ¿Tiene alguna prueba el heresiarca Raúl Miguel de que ellos no son monjes? 
Segunda estupidez de R.M.: lo anterior además es una típica falacia ad hominem, pues, ¿y qué importaría en la argumentación que los Dimonds sean o no sean monjes?
Tercera estupidez de R.M.: ¿y qué tiene que ver en la argumentación que el tal Clavellina haya publicado un libro tildándolo de hereje? Y otra cosa, ¿acaso Raúl Miguel leyó ese libro? Algo me dice que no...Yo sí, obvio.
Cuarta estupidez de R.M. (stultitia capital): Afirma que nosotros decimos que ellos creen en tres bautismos, lo cual es cierto y ellos lo niegan: ¡sí creen en tres bautismos! y ¡eso no tiene absolutamente nada que ver con el misterio de la Santísima Trinidad!, que es un sólo Dios, pero TRES personas. ¡Muy diferente! ¡Nada que ver! ¡Qué estupidez tan grande el argumento infantil e idiota de Raúl Miguel!
Después de esta stultitia capital por parte del heresiarca Raúl Miguel, debería dejar cualquier persona seria de seguir leyendo las pavadas que escribe, pero por caridad, voy a seguir refutando esas ignorancias heréticas del heresiarca. Dice:
"Finalmente vale señalar que los herejes de antaño y los dimonianos comparten en común una serie de errores gravísimos:



  1. Pésima o nula formación en teología, como lo vemos cuando confunden los grados de certidumbre teológica como dogma, doctrina segura o cuestión disputada, por ejemplo.
  2. Libre examen de las Sagradas Escrituras y del Magisterio de la Iglesia, como lo podemos ver en sus citas mutiladas y una caprichosa hermenéutica, contraria al sentir común de los Doctores y Teólogos.
  3. Una grave y terrible soberbia y vanidad intelectual, al considerar que ellos son los únicos poseedores de la verdad y que todos los teólogos, santos y doctores erraron perniciosamente.
  4. Una gravísima temeridad al considerar que la Iglesia puede errar en su legislación al haber condenado o censurado tesis similares a las que ellos sostienen al presente, tal como fue el caso del jesuita apóstata Leonard Feeney." (21)
Contesto:
  1. Falacia ad hominem. Es la palabra del heresiarca contra la nuestra, y además, contra el Magisterio infalible de la Iglesia. El heresiarca alega tener "formación teológica" y además nos acusa--sin pruebas--de tener "pésima o nula formación teológica", pero el heresiarca NO es un teólogo sino un mero historiador (y no muy bueno, como pudimos ver con sus farsas sobre el nacionalsocialismo, el fascismo, el peronismo, etcétera); mientras que nosotros si bien no somos teólogos, sí tenemos autoridad en esta materia, aunque no nos andamos jactando de ella como lo hace el heresiarca. 
  2. Acusación falsa y sin pruebas, o sea, DIFAMACIÓN, porque no somos nosotros quienes hacemos un libre examen de las Sagradas Escrituras ni del Magisterio de la Iglesia, sino por el contrario es la secta raulmiguelista la que lo hace. La Santa Biblia es interpretada por el Magisterio infalible de la Iglesia (pues las declaraciones ex cathedra de los Papas son "verdades bajadas del cielo") (22) Recordemos que además, Raúl Miguel y su secta, niegan la infalibilidad papal. (23)
  3. Falacia del hombre de paja, ya que nosotros nunca dijimos que "todos los teólogos, santos y doctores erraron perniciosamente", sino que simplemente nos limitamos a defender lo dispuesto por el Magisterio infalible de la Santa Madre Iglesia. En cuanto el pecado de soberbia, ya sabemos muy bien, quiénes son los que han caído en el mismo: todos aquellos sectarios que se oponen al Magisterio de la Iglesia. Si nosotros somos de los pocos católicos auténticos que vamos quedando, es por la Gracia de Dios y NO por méritos propios.
  4. Más falacia del hombre de paja, ya que nosotros NUNCA afirmamos ni afirmaríamos la blasfemia de decir que la "Iglesia puede errar en su legislación". El padre Leonardo Feeney NO fue ningún apóstata, sino que fue un católico injustamente condenado por herejes como Monseñor Richard Cushing de Boston, sin la aprobación pontificia.
Para contestar por completo al punto número 4, voy a citar el capítulo 26 del libro "Fuera de la Iglesia no hay absolutamente ninguna salvación" del hermano Pedro Dimond, donde dice: 

Los herejes y modernistas resisten a la verdad al igual que resisten a Aquél que es la Verdad (Juan 14, 6). Y porque resisten a la verdad ellos también se resisten a los hechos, porque los hechos relatan la verdad sin mezcla de error. Uno de los hechos que los modernistas y herejes resisten más que a todos es el que la Iglesia católica ha enseñado infaliblemente que fuera de la Iglesia católica no hay salvación y que Juan 3, 5 debe entenderse según está escrito y que el sacramento del bautismo es necesario para la salvación (Trento, sesión 7, can. 5 sobre los sacramentos).

Entonces, ¿qué hacen estas personas frente a estos hechos cuando se los mira fijamente a la cara? Ellos recurren a atacar a quien informa de estos hechos (argumentum ad hominem), lo que les permite ignorar los hechos mismos. El episodio del Padre Leonard Feeney, SJ, es un ejemplo de ello.

En realidad, el dogma fuera de la Iglesia no hay salvación no tiene nada que ver con el Padre Leonard Fenney. (De hecho, yo nunca había oído hablar del P. Feeney cuando llegué a la misma conclusión – basado en el dogma católico – de que el sacramento del bautismo es absolutamente necesario para la salvación y que todos los que mueren no católicos se pierden). Ello tiene que ver con la enseñanza de la Cátedra de Pedro, como lo he demostrado, la cual es la auténtica e infalible enseñanza de Cristo. Rechazar este dogma católico es rechazar a Cristo mismo.

Papa León XIII, Satis cognitum, # 5, 29 de junio de 1896: “Al contrario, quien en un solo punto rehúsa su asentimiento a las verdades divinamente reveladas, realmente abdica de toda la fe, pues rehúsa someterse a Dios en cuanto a que es la soberana verdad y el motivo propio de la fe[580].

El Padre Feeney se hizo famoso por su posición pública a favor del dogma fuera de la Iglesia católica no hay salvación en las décadas de los años 1940 y 1950. La mayoría de las personas no se dan cuenta que, ya en esa época, la mayoría de los obispos del mundo no eran tradicionalistas acérrimos. La mayoría de los obispos del mundo ya habían abrazado la herejía del indiferentismo, lo que explica por qué la mayoría de ellos firmaron los documentos heréticos del Vaticano II poco tiempo después. Ellos habían abrazado la idea herética de que la “ignorancia invencible” salva a los que mueren como no católicos, como lo he discutido en algunas secciones anteriores. Por ello es fácil detectar la herejía contra el dogma en la mayoría de los manuales y textos de teología desde comienzos del siglo XIX. De hecho, en su época, el P. Feeney escribió a todos los obispos del mundo acerca del dogma fuera de la Iglesia no hay salvación y sólo recibió tres respuestas positivas. En otras palabras, sólo tres de los obispos del mundo en ese tiempo manifestaron una creencia positiva en el dogma fuera de la Iglesia católica no hay salvación tal como había sido definido. No es de extrañar que el Vaticano II haya sido aprobado prácticamente sin resistencia por el episcopado.

El P. Feeney creía y predicaba el dogma – tal como había sido definido – públicamente en Boston. Él creía y predicaba que si un hombre no abrazare la fe católica – sea judío, musulmán, protestante o agnóstico – él perecerá eternamente en el infierno. Muchos se convirtieron, y muchos se enojaron. Él tenía no pocos enemigos, en especial entre los cada vez más en número de modernistas, políticamente correctos y entre el clero comprometido.

Uno de sus principales enemigos fue el arzobispo de Boston, Richard Cushing, un hombre del año B’nai Brith (masón judío), que decía que el dogma fuera de la Iglesia católica no hay salvación era una “tontería”. En abril de 1949, Cushing silenció al P. Feeney y puso en interdicto al Centro San Benito (el apostolado afiliado al P. Feeney). La razón dada por Cushing fue de “desobediencia”, pero la verdadera razón era la posición pública del P. Feeney a favor del dogma fuera de la Iglesia católica no hay salvación. Ello no se debió a la posición del P. Feeney en contra de la teoría del bautismo de deseo, ya que esta no fue publicada por primera vez hasta 1952. El descontento de Cushing con el P. Feeney se basó estrictamente en la posición del P. Feeney a favor del dogma definido de que sólo los católicos – y aquellos que se convierten en católicos – se pueden salvar.

Cushing estaba aliado con otros clérigos herejes de Boston, el área donde estalló la controversia. El P. John Ryan SJ, director del Instituto de Educación de Adultos de la Universidad de Boston, declaró en otoño de 1947: “No estoy de acuerdo con la doctrina del P. Feeney sobre la salvación fuera de la Iglesia”[581]. El P. Stephen A. Mulcahy SJ, decano de la Facultad de Artes y Ciencias de la Universidad de Boston, la designó como: “La doctrina del P. Feeney de que no hay salvación fuera de la Iglesia”[582]. Y el P. J.J. McEleney SJ, provincial de la provincia de New England de la Compañía de Jesús, le dijo al P. Feeney en una reunión personal, que se le estaba ordenando transferirlo a la Universidad de Holy Cross debido a “su doctrina”[583]. El P. Feeney respondió rápidamente: “¿Mi doctrina sobre qué? A lo que el P. McEleney respondió: “Lo lamento, no podemos hablar de eso”.

Desde el principio, estos clérigos caídos se unían más bien en torno al tema del P. Feeney que por la verdadera razón que estaba por detrás. Esto les permitió centrarse en el P. Feeney e ignorar a Jesucristo, de cuya doctrina se trataba.

Papa Pío IX, Nostis et nobiscum, # 10, 8 de diciembre de 1849: “En particular hay que procurar que los mismos fieles tengan fijo en sus almas y profundamente grabado el dogma de nuestra santa religión de que es necesaria la fe católica para obtener la eterna salvación. (Esta doctrina recibida de Cristo y enfatizada por los Padres y Concilios, también está contenida en las fórmulas de profesión de fe usadas por los católicos latinos, griegos y orientales)”[584].

Estos herejes no se daban cuenta que al despreciar un dogma definido como siendo algo de invención del P. Feeney es blasfemo y severamente deshonesto. Pero Dios no puede ser burlado. Vemos que lo mismo sucede hoy día, de manera especialmente rampante entre los llamados tradicionalistas. Pero volveré a este punto.

El 2 de diciembre de 1948, el presidente del Colegio de Boston, el P. William L. Keleher SJ, tuvo una entrevista con el Dr. Maluf, quien era un aliado del P. Feeney en su posición a favor del dogma. El P. Keleher declaró:

El P. Feeney recurrió a mí al principio de esta situación y me habría gustado haber hecho algo dejando claro que yo no estaba de acuerdo con su doctrina sobre la salvación (…) Él (el P. Feeney) seguía repitiendo frases como fuera de la Iglesia no hay salvación’”[585].

Cuando Maluf (un miembro de la facultad del Colegio de Boston) respondió que esta “frase” es un dogma definido, el P. Keleher dijo:

Los teólogos del Seminario de San Juan y el Colegio Weston disienten de la doctrina del Padre Feeney sobre la salvación de los no católicos[586].

Pues este es en breves palabras el caso del Padre Feeney. El Padre Feeney sostenía, como había sido definido, que no hay salvación para los que mueren como no católicos. Sus adversarios, incluyendo el P. Keleher (presidente del Colegio de Boston), el arzobispo de Boston, los sacerdotes del Colegio de Boston, y los “teólogos” del Seminario de San Juan, sostenían una doctrina diferente “sobre la salvación de los no católicos”. Esta fue la batalla. Esa fue la línea divisoria. Se estaba de un lado o del otro. Se creía que no había salvación para los que mueren como no católicos o se creía que había salvación para los que mueren como no católicos. Permítaseme recordar brevemente al lector de qué lado se encuentra la Iglesia católica.

Papa Gregorio XVI, Summo iugiter studio, # 2, 27 de mayo de 1832:
Finalmente, algunas de estas personas descarriadas intentan persuadirse a sí mismos y a otros que los hombres no se salvan sólo en la religión católica, sino que incluso los herejes pueden obtener la vida eterna[587].

Un sacerdote jesuita de la nueva religión del Vaticano II describe magistralmente cómo fue la escena cuando “el Caso de la Herejía de Boston” (es decir, si sólo los que mueren como católicos pueden salvarse) estalló a la vista del público durante la Semana Santa de 1949.

Mark S. Massa, “SJ”, Los Católicos y la Cultura Americana, p. 31: El Caso de Herejía de Boston estalló a la luz pública durante la Semana Santa de 1949. Los despidos de los discípulos de Feeney del Colegio de Boston fue la noticia de primera plana en todo el noreste: el New York Times inició una serie sobre Feeney y su grupo, y las revistas Newsweek, Life, y Time publicaron artículos sobre los ‘disturbios’ de Boston. En el que es quizás el día santo más solemne del calendario católico, el Viernes Santo, los Feeneyistas (sic) se colocaron afuera de las parroquias de Boston portando carteles advirtiendo la inminente subversión de la verdadera doctrina por los mismos líderes de la Iglesia y vendiendo la última edición de Desde los Tejados. Como un estudiante del evento observó, la cuestión de la salvación remplazó a los Red Sox como tema de conversación en los bares de Boston, y todo el que fuese visto usando un cuello romano se convertía en un ‘protagonista’ potencial en la historia. El único suceso que los historiadores de la Iglesia podrían imaginar como hecho análogo fue el de Constantinopla en el siglo cuarto, donde las muchedumbres tumultuosas batallaron en las calles sobre la definición de la divinidad de Jesús, y las frases teológicas griegas se convirtieron en lemas entre los contrincantes”[588].

El 13 de abril de 1949, el P. Keleher (presidente del Colegio de Boston) despidió al Dr. Maluf, a James R. Walsh y a Charles Ewaskio de la facultad del Colegio de Boston por acusar al colegio de herejía contra el dogma fuera la Iglesia no hay salvación. En su declaración a la prensa, del 14 de abril, donde explicó la razón de sus despedidos, el P. Keleher dijo:

“Ellos continuaron hablando en las clases y fuera de las clases sobre cuestiones contrarias a la enseñanza tradicional de la Iglesia católica, ideas conducentes al fanatismo y la intolerancia. Su doctrina es errónea y como tal no puede ser tolerada en el Colegio de Boston. Se les informó que debían dejar de enseñar aquello o salir de la facultad”[589].

No se puede dejar de notar el doble lenguaje del P. Keleher: estos hombres fueron despedidos por ideas conducentes a la intolerancia, que no podían ser toleradas. Si aquí la falsa doctrina es la intolerancia, como indica el P. Keleher, entonces él se estaría condenando por su propia boca. Por otra parte, no se puede pasar por alto la aseveración desvergonzada del P. Keleher de que “su doctrina (es decir, el dogma solemnemente definido de que los que mueren no católicos no se pueden salvar) es errónea”. Por esta declaración, Keleher está afirmando que la doctrina de la Iglesia (que no hay salvación fuera la Iglesia) es errónea y de ninguna manera es suya. Este fue el tipo de carácter herético, anticatólico que estaba confabulado con el arzobispo Richard Cushing en el esfuerzo de aplastar la predicación del dogma por el P. Feeney.

Este fue el principio del fin, por así decirlo, como se verá cuando analicemos las consecuencias en Boston por causa de su traición al dogma fuera la Iglesia no hay salvación. (24)
Como vemos el caso Feeney es usado por estos herejes, para obstinarse en su inmunda herejía, a la vez que apoyan a un hombre pérfido como Monseñor Cushing, quien fue galardonado por la B'nai Birth, o sea, por los judíos masones.
Pero prosigue el heresiarca:
"A esto debemos sumar la repetición, nada casual a nuestro entender, de varias herejías jansenistas, profesadas en el Sínodo de Pistoya y sobre la cual, ellos mismos asientan la autoridad de sus escritos. De hecho, en Sursum Corda ya se publicó un artículo en el que denunciábamos a los dimonianos como neo-jansenistas. En bastardillas el magisterio de la Iglesia, y en negrita como lo podemos ver aplicados en sus escritos y videos." (25)
Ni los dimonianos son neo-jansenistas (porque en verdad son "laxistas sutiles") ni tampoco nosotros. El único "neo-jansenismo" que existe actualmente (si es que se le puede llamar así) es el de los veterocatólicos de la Unión de Utrecht, pero ellos NIEGAN la infalibilidad pontificia (26), así que prosigue el heresiarca Raúl Miguel con sus falacias y mentiras.
Esa acusación es otra de las típicas estupideces e ignorancias de Raúl Miguel, ya que para acusarnos de "neo-jansenistas" tendría primero que probar que nosotros "negamos la infalibilidad papal", cosa que ciertamente no hacemos, pero él sí, como dejé demostrado con pruebas, más atrás. Es más, a esa mentira, el señor José Rivas del Foro V SUIS (posiblemente el ÚNICO foro católico en español que existe en la red) ya la había refutado, afirmando: 

"Lamento informarle que este artículo es bastante anti-católico; estoy de acuerdo con condenar a los modernistas, pero es falso eso que se dice de los supuestos "jansenistas", como si "jansenismo" fuese alguna especie de secta, cuando la gran secta que nosotros estamos enfrentando es la Secta del Vaticano II, la cual es satánica, se lo aseguro. Le recomiendo que investigue sobre personalidades como Pascal y sus "Letras Provinciales": http://romancatholicism.org/pascal/index.html
Lamento informarle que usted es un hereje, porque admite los llamados "bautismos" de deseo y sangre, que son falsos. El bautismo es sólo por agua:

"UN Señor, UNA fe, UN bautismo". Efesios 4:5.

Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia (también llamado de Basilea), “Exultate Deo”, 22 de noviembre de 1439, EX CATHEDRA: “El primer lugar entre los sacramentos lo ocupa el santo bautismo, que es la puerta de la vida espiritual pues por él nos hacemos miembros de Cristo y del cuerpo de la Iglesia. Y habiendo por el primer hombre entrado la muerte en todos, ‘si no renacemos por el agua y el Espíritu’ como dice la Verdad, ‘no podemos entrar en el reino de los cielos’ (Juan 3, 5). La materia de este sacramento es el agua verdadera y natural”


Papa Pablo III, Concilio de Trento, can. 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, EX CATHEDRA: “Si alguno dijere que el agua verdadera y natural no es necesaria en el bautismo y, por tanto, desviare a una especie de metáfora las palabras de nuestro Señor Jesucristo: ‘Si alguno no renaciere del agua y del Espíritu Santo’ (Juan 3, 5), sea ANATEMA”.



Papa Pablo III, Concilio de Trento, can. 5 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, EX CATHEDRA: “Si alguno dijere que el bautismo [el sacramento] es libre, es decir, no necesario para la salvación (Juan 3, 5), sea ANATEMA”.



Papa Pablo III, Concilio de Trento, del pecado original, sesión V, ex cathedra: “Por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte (…) para que en ellos por la regeneración se limpie lo que por la generación contrajeron. ‘Porque si uno no renaciere del agua y del Espíritu Santo, no puede entrar en el reino de Dios (Juan 3, 5)”

“Dejad que preste atención a lo que el bienaventurado apóstol Pedro predica, que la santificación por el Espíritu se realiza por la aspersión de la sangre de Cristo (1 Pedro 1, 2), y no dejéis que pasen más allá de las mismas palabras del apóstol, considerando que habéis sido rescatados de vuestro vano vivir según la tradición de vuestros padres, no con plata ni oro, corruptibles, sino con la sangre preciosa de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha (1 Pedro 1, 18). Tampoco hay que resistir el testimonio del bienaventurado Apóstol Juan: y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado (1 Juan 1, 7); y otra vez, ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Y quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Él es el que vino por el agua y por la sangre, Jesucristo; no en agua sólo, sino en agua y en la sangre. Y es el Espíritu el que lo certifica, porque el Espíritu es la verdad. Porque tres son los que testifican: el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres se reducen a uno solo (1 Juan. 5, 4-8). EN OTRAS PALABRAS, EL ESPÍRITU DE SANTIFICACIÓN Y LA SANGRE DE REDENCIÓN Y EL AGUA DEL BAUTISMO. ESTOS TRES SON UNO Y PERMANECEN INDIVISIBLES. NINGUNO DE ELLOS ES SEPARABLE DE SU VÍCULO CON LOS DEMÁS”. Papa San León Magno, Concilio de Calcedonia, 451.

Lea aquí, por más información: http://vsuis.forouruguay.net/t219-refutacion-de-los-bautismos-ficticios

Sigo...


El Magisterio infalible de la Iglesia, no deja lugar a dudas acerca de lo siguiente:

1- Fuera de la Iglesia no hay salvación (sin excepciones).
2- Sólo a través del bautismo de agua, se ingresa a la Iglesia.
3- Sólo se salvan los predestinados por la Gracia de Dios (justificación por fe y por obras); no confundir con doble predestinación calvinista y no por méritos propios.


Los catecúmenos que mueren sin el bautismo, se van al infierno. Eso es evidente.
Los niños que mueren sin el bautismo, van a un sector del infierno, denominado limbo (sin fuego). No es dogma de fe el limbo, pero es algo piadoso creerlo.

Las personas que están fuera de la Iglesia, sino ingresan a la misma, se van a ir todas al infierno. Viven en el pecado y no pueden obtener la Gracia de Dios.

Finalmente, sobre asuntos más comunes, he de decir, que en realidad el Padre Leonard Feeney fue un defensor de la fe católica.
Usted no fue "predestinado" al fuego del infierno; eso no puede saberse, usted está a tiempo de salvarse aún, pero para eso debe arrepentirse y aceptar la fe católica íntegramente y no sólo lo que a usted le parezca "correcto". No deje que sus sentimientos cieguen su entendimiento. No se trata de "rigorismo", sino simplemente de aceptar la INTEGRIDAD de la fe, tal como lo enseñaron los Padres de la Iglesia. San Agustín, en especial, trató del tema de la predestinación: http://vsuis.forouruguay.net/t93-predestinacion
Usted confunde burdamente la predestinación católica (le recomiendo este libro: http://alertairreligion.blogspot.com/2013/09/libro-textos-silvianos-en-defensa-del.html), con la doble predestinación calvinista. Que Dios lo ilumine y lo saque de su error, saludos
."  (27)

Y tras eso se formó un interesante debate, en el cual el señor Rivas salió triunfante.
Finalmente, veamos cómo el heresiarca Raúl Miguel hace LIBRE EXAMEN del Magisterio de la Iglesia (cosa que él mismo acababa de condenar, para que todos vean sus contradicciones; en negritas las opiniones de Raúl Miguel; en rojo mis contestaciones):

La proposición que afirma: que en estos últimos siglos se ha esparcido un general oscurecimiento sobre las verdades de más grave importancia, que miran a la religión y que son base de la fe y de la doctrina moral de Jesucristo, es herética. (Dz 1501) 
Sostienen que la Iglesia Católica había caído en la "herejía" del Bautismo de Deseo y que habría promulgado en varios documentos herejías y errores, siendo la verdadera doctrina obscurecida. (28)
 La Iglesia Católica NUNCA cayó en herejía alguna. El "bautismo de deseo" es HEREJÍA, pero la Iglesia NUNCA la ha sostenido.


La proposición que afirma: que sería abuso de la autoridad de la Iglesia, transferirla más allá de los límites de la doctrina y costumbres y extenderla a las cosas exteriores, exigir por la fuerza lo que depende de la persuasión y del corazón; y además que: mucho menos pertenece a ella exigir por la fuerza exterior la sujeción a sus decretos, en cuanto por aquellas palabras indeterminadas: extenderla a las cosas exteriores, quiere notar como abuso de la autoridad de la Iglesia el uso de aquella potestad recibida de Dios de que usaron los mismos Apóstoles en establecer y sancionar la disciplina exterior, es herética. (Dz 1504)
Negativa de los dimonianos de reconocer las disposiciones canónicas sobre el entierro de los catecúmenos. (29)
 No hay ninguna disposición canónica (el texto no dice eso) que permita el entierro de los catecúmenos; éstos NO son católicos y por ende, no merecen cristiana sepultura.


Por la parte que insinúa que la Iglesia no tiene autoridad para exigir la sujeción a sus decretos de otro modo que por los medios que dependen de la persuasión, en cuanto entiende que la Iglesia no tiene potestad que le haya sido por Dios conferida, no sólo para dirigir por medio de consejos y persuasiones, sino también para mandar por medio de leyes, y coercer v obligar a los desobedientes y contumaces por juicio externo y, saludables castigos [de Benedicto XIV en el breve Ad assiduas del año 1755 al Primado, arzobispos y obispos del reino de Polonia], es inductiva a un sistema otras veces condenado por herético. (Dz 1505)
Negativa de reconocer y aceptar lo que enseña la Iglesia por medio de los doctores, santos y teólogos como doctrinalmente cierto. (30)
En ningún lado del texto dice que la Iglesia ordene aceptar como doctrinalmente cierto a las herejías y errores, como cuando Santo Tomás de Aquino dijo que la Virgen María nació en pecado original.  (31)


Las aserciones del Sínodo complexivamente tomadas acerca de decisiones en materia de fe, emanadas de unos siglos acá, que presenta como decretos que han procedido de una iglesia particular o de unos cuantos pastores, no apoyados en autoridad suficiente alguna, destinados a corromper la pureza de la fe y excitar a las muchedumbres, inculcados por la fuerza y por los que se han infligido heridas que están aún demasiado recientes; son falsas, capciosas, temerarias, escandalosas, injuriosas al Romano Pontífice y a la Iglesia, derogadoras de la obediencia debida a las constituciones apostólicas, y son cismáticas, perniciosas y por lo menos erróneas. (Dz 1512)
Lo podemos ver en los textos en los que condenan los catecismos promulgados, antes de la hecatombe conciliar por determinadas diócesis, como el clásico Catecismos de Baltimore, el Catecismo de San Pío X, etc. (32)
Los raulmiguelistas continúan interpretando el texto, en lugar de seguir lo que dicen ad literam, y por eso consideran a ciertos catecismos FALIBLES como infalibles; y NO es así, sólo las declaraciones ex cathedra de los Papas son infalibles. Por ejemplo, el Catecismo de "San Pío X", ¡no fue escrito por San Pío X, manga de mentirosos herejes! Él jamás aceptaría el fraude del "bautismo" de deseo

La doctrina que propone que la Iglesia debe ser considerada como un solo cuerpo místico, compuesto de Cristo cabeza y de los fieles, que son sus miembros por unión inefable, por la que maravillosamente nos convertimos con El mismo en un solo sacerdote, una sola víctima, un solo adorador perfecto del Padre en espíritu y en verdad, entendida en el sentido de que al cuerpo de la Iglesia sólo pertenecen los fieles que son adoradores del Padre en espíritu y en verdad, es herética. (Dz 1515)
De esta proposición sacan los dimonianos sus temerarias conclusiones de quienes ya se encontrarían ardiendo en el infierno, cuando en realidad, la Iglesia jamás declaró saber quienes son los condenados, salvo en el caso de Judas Iscariote. (33)
No sé los dimonianos, pero los católicos sabemos por ejemplo que Lutero está ardiendo en el fuego del infierno. Decir que sólo puede saberse de Judas Iscariote, es herético, porque la Iglesia enseña que TODOS los herejes se van al infierno: 

[La Iglesia] Firmemente cree, profesa y predica que nadie que no esté dentro de la Iglesia católica, no sólo los paganos, sino también judíos o herejes y cismáticos, puede hacerse partícipe de la vida eterna, sino que irá al fuego eterno que está aparejado para el diablo y sus ángeles (Mt. 25, 41), a no ser que antes de su muerte se uniere con ella; y que es de tanto precio la unidad en el cuerpo de la Iglesia que sólo a quienes en él permanecen les aprovechan para su salvación los sacramentos y producen premios eternos los ayunos, limosnas y demás oficios de piedad y ejercicios de la milicia cristiana. Y que nadie, por más limosnas que hiciere, aun cuando derramare su sangre por el nombre de Cristo, puede salvarse, si no permaneciere en el seno y unidad de la Iglesia católica (34)

La proposición que afirma que el efecto de la excomunión es sólo exterior, porque por su naturaleza sólo excluye de la comunicación exterior con la Iglesia -- como si la excomunión no fuera pena espiritual, que ata en el cielo y obliga a las almas (de SAN AGUSTIN, Epist. 250 Auxilio episcopo; Tract. 50 in Ioh. n. 12 --, es falsa, perniciosa, condenada en el art. 23 de Lutero [v. 763] y por lo menos errónea. (Dz 1546)
Igualmente la proposición que afirma ser necesario según las leyes naturales y divinas que tanto a la excomunión como a la suspensión deba preceder el examen personal, y que por tanto las sentencias dichas ipso facto no tienen otra fuerza que la de una seria conminación sin efecto actual alguno, es falsa, temeraria, injuriosa a la potestad de la Iglesia y errónea. (Dz 1547)
Igualmente la que condena como nulas e inválidas las suspensiones «ex informata consciencia» (por información de conciencia), es falsa, perniciosa e injuriosa contra el Tridentino. (Dz 1549)
Igualmente en lo que insinúa que no es lícito al obispo solo usar de la potestad, que, sin embargo, le concede el Tridentino (ses. 14, c. 1 de reform.), de infligir legítimamente la suspensión ex informata consciencia, es lesiva a la jurisdicción de los prelados de la Iglesia. (Dz 1550)
Ellos la aplican al caso de Leonard Feeney, sacerdote jesuita apóstata que "descubrió" la "verdadera doctrina sobre el bautismo" contradiciendo a los teólogos, canonistas y santos doctores e incluso al mismo Magisterio. El mismo que, cuando se le obligó a presentarse ante las autiriades para explicar sus novedosas doctrinas, se negó a hacerlo y por ello fue excomulgado. Los Dimonianos sostienen que esa excomunión fue falsa e inválida. (35)
Para contestar a esa estupidez, me remito a lo explicado anteriormente, citando el capítulo 26 del libro "Fuera de la Iglesia no hay absolutamente ninguna salvación" del hermano Pedro Dimond (36).
Por último voy a refutar muy rápidamente, apelando al Magisterio INFALIBLE, la cita FALIBLE que hace el heresiarca Raúl Miguel del Diccionario de Teología de M. Bergier, que dice:
"V. De la necesidad del bautismo Jesucristo instituyó este sacramento como medio de salvacion absolutamente necesario cuando dijo Si alguno no fuese regenerado por el agua y por el Espíritu Santo no puede entrar en el reino de Dios Joan o 3 it 5 Predicad el Evangelio á toda criatura el que creyere y se bautizare se salvará el que no creyere secondenará Marc o 16 v 16 S Pedro ha repetido esta misma verdad diciendo que el bautimo nos salva l Pctr c 3 1lr 21 y S Pablo nos enseña que Dios nos ha salvado por el baño de regeneracíon y la renovacion del Espíritu Santo Tit c 3 5 No ignoramos los subterfugios con que los calvinistas y los socinianos han torcido el sentido de estos lugares de otros muchos que establecen el dogma pero la lglsia condenando sus errores ha lanzado el mismo anatcma á las falsas interpretaciones que dieron á la Sagrada Escritura. El concilio de Trento despues de aber decidido que Adan ha trasmitido á todo el genero humano no solo la necesidad de sufrir y de morir sino tambien el pecado que es la muerte del alma enseña que no puede borrarse sino por los méritos de Jesucristo que se nos aplícan por el bautismo ses 5 can 2 v 3 que desde a promulgacion del Evangelio no puede pasar el hombre del estado de pecado al de gracia sin el bautismo ó sin el deseo de recibirlo sesion i can 10 y consíguientemente anatematiza á cualquiera que sostenga que este sacramento no es necesario para la salvacion ses 7 can 5.

Esta doctrina ya se sostuvo en el siglo V contra los pelagianos, pretendia Pelagio que el pecado de Adan no habia dañado sino á él solo no a sus descendientes que el bautismo se daba los niños no para borrar en ellos ningun pecado sino para que recibiesen la gracia de adopcion que aunque muriesen sin haberle recibido alcanzaban la vida eterna por el mérito de su inocencia. S Agustín combatió con todas sus fuerzas estos errores fueron condenados por muchos pontífices y concilios del Africa esta sentencia se confirmó en el concilio general e Efeso en el año 431

Calvino no fué menos temerario que Pelagio cuando enseñó que los hijos de los fieles se hallan santificados desde el vientre de su madre; la creencia general de los calvinistas es que los hijos de los infieles que mueren sin bautismo se condenan pero que no sucede lo mismo á los de los cristianos porque tienen parte en la alianza que Dios hizo con los hombres por me dio de Jesucristo. En este supuesto no vemos porqué es todavía necesario bautizar a los hijos de los fieles.

Es preciso observar que el concilio de Trento declara que el hombre no puede pasar del estado de pecado al estado de gracia sin el bautismo ó sin el deseo de recibirlo. En efecto siempre se ha creído en la Iglesia que la fé unida al deseo de recibir el bautimo puede suplír a este sacramento cuando ha ímposilidad recibirlo nunca se ha dudado de aseveracion de catecúmenos que han muerto sin haber podido alcanzar esta gracia Se ha pensado tambien que el martírio de los que morían por Jesucristo producia el mísmo efecto y en esta creencia la Iglesia dá culto a santos inocentes. Respetables obispos del siglo III pensado tambien que los fieles que habían recibido un bautismo nulo entre los herejes pero que habían vuelto de buena fé á la iglesia y que participado de los santos misterios no tenían necesidad absoluta de reíterarles el bautismo. Este era parecer de S Dionisio de Alejandría de S Cipriano Epíst 73 ad Jubaian V Eusebio Hist eccles lib 7 c 9 v la nota de Lowth Bíngham oríg ecclcs lib c 2 23. Por último los Padres á escepcíon de Agustín todos han sido de parecer que S Juan Bautista ha sido santilicado por Jesucristo en el vientre su madre por esto celebra la Iglesia su nativídad En consecuencia los teólogos distinguen tres especies bautismo á saber el deseo baptismus flaminis el de sangre ó el de martirio baptísmus sanguim y el bautismo de agua baptismus flumimis.
" (37)
Contra esa abominable y repulsiva herejía, al Magisterio INFALIBLE de la Iglesia enseña: 
  Papa Pablo III, Concilio de Trento, can. 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547, ex cathedra: Si alguno dijere que el agua verdadera y natural no es necesaria en el bautismo y, por tanto, desviare a una especie de metáfora las palabras de nuestro Señor Jesucristo: ‘Si alguno no renaciere del agua y del Espíritu Santo (Juan 3, 5), sea ANATEMA(38)
Con esta abrumadora evidencia en contra del archi-hereje Raúl Miguel, él ha quedado refutado por completo, en todos y cada uno de sus diabólicos errores. Una vez más, la verdadera Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana (Una, Santa, Católica y Apostólica Iglesia de Cristo) ha triunfado en contra de la secta raulmiguelista.

EXTRA ECCLESIAM NULLA SALUS.


 ¡VIVA CRISTO REY!


Referencias

(1) Papa Pablo III, Concilio de Trento, sesión 7, can. 5 sobre el sacramento del bautismo.
(2) Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Exultate Deo”, 22 de noviembre de 1439.
(3) Papa Eugenio IV, Concilio de Florencia, “Cantate Domino”, 1441.
(4) Santa Biblia: Mt VII: 15; Mt XVI: 11-12; Mt XXIV: 24; Rom XVI: 17-18; 2Pe II: 1; II Pe II: 1-3.
(5) Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, parte II-IIae, cuestión 2, artículo 7, respondeo: parágrafo 4. 
(6) Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, parte II-IIae, cuestión2, artículo 8,  respondeo: línea 6, palabra 10 en delante, hasta final de respondeo. 
(7) Santo Tomás de Aquino, Sent. II, 28, q. 1, a. 4, ad 4.
(8) Papa Pablo III, Concilio de Trento, can. 2 sobre el sacramento del bautismo, sesión 7, 1547; Denzinger 858. 
(9) Santa Biblia: Dt.18:21-22. 
(11) Idem 10.
(12) Idem 10. 
(13) Santa Biblia: Efesios 4:5.  
(14) Credo Niceno-Constantinopolitano, 381; Decreto de los Concilios Ecuménicos, Vol.1, p.24.
(15) Papa San Celestino I, Concilio de Éfeso, 431; Decreto de los Concilios Ecuménicos, Vol.1, p.70.
(16) Papa San León IX, Congratulamu vehementer, 13 de abril de 1053; Denzinger 347.
(17) Papa Bonifacio VIII, Unam sanctam, 18 de noviembre de 1302; Denzinger 468.
(18) Papa León XII, Ubi primum, # 14, 5 de mayo de 1824; Encíclicas papales, Vol.1 (1740-1878), p.201. 
(19) Idem 8. 
(20) Idem 10.
(21) Idem 10.
(22) Véase Denzinger 2022. 
(23) Léase mi artículo "Sobre la infalibilidad papal y del Magisterio ex cathedra" (parte 1: aquí; y parte 2: aquí). 
(24) Hno. Pedro Dimond, "Fuera de la Iglesia no hay absolutamente ninguna salvación", cap.26; disponible aquí: http://www.vaticanocatolico.com/fuera_de_la_iglesia_no_hay_salvacion.php#sec26
(25) Idem 10.  
(26) Véase sobre Unión de Utrecht, por ejemplo, aquí: http://en.wikipedia.org/wiki/Union_of_Utrecht_%28Old_Catholic%29
(28) Idem 10.
(29) Idem 10.
(30) Idem 10.
(31) Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica, III,q14,a3,ad 1; III,q27,a2,ad 3, III,q31,a7,sc.
(32) Idem 10.
(33) Idem 10.
(34) Idem 3.  
(35) Idem 10.
(36) Idem 24.   
(37) Idem 10.  
(38) Idem 8. 

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