C.O.P.V.S.: En COPVS apoyamos la endogamia racial, étnica y social

Preserva la Raza Blanca (Aria o Jafetita). ¡Sí a la endogamia!

Es muy común en estos tiempos oscuros oír por todas partes la típica falacia exogámica de que "la endogamia es mala porque trae enfermedades genéticas". Eso puede ser cierto solamente en una población de características inferiores, que ya tenga genes defectuosos desde un principio; pero en una población con buenos genes, la endogamia sirve para mejorar las características genéticas y fenotípicas de las personas.

La endogamia es buena, y por eso en la Santa Biblia, nos enseña:

"13 »Por esposa deberá tomar una mujer virgen. 14 En ningún caso debe casarse con una viuda o divorciada, violada o prostituta; su esposa debe ser virgen y DE SU PROPIO CLAN, 15 para no rebajar a sus descendientes entre su gente; pues yo, el Señor, lo he consagrado.»" Levítico 21: 13-15.

De hecho, el Magisterio infalible de la Santa Madre Iglesia en ningún momento prohíbe la endogamia, pero lo que sí prohíbe sin embargo es el incesto, lo cual obviamente, está muy bien que prohíba, ya que el incesto es dentro del mismo núcleo familiar, es decir, de familiares muy cercanos. En cambio, para parientes lejanos, ¿qué tiene de malo que uno tome como esposa a una prima lejana para así perpetuar los buenos genes dentro de la comunidad? ¡Pues nada! De hecho, muchas poblaciones lo han practicado y no por ello, se "llenaron de seres defectuosos ni retrasados mentales" como se alega vulgarmente. Tenemos el caso de Islandia por ejemplo: un país de personas con buenos genes, y que casi todos son parientes entre sí, debido a que viven en una isla y bueno...el número de personas es limitado. De hecho, a la larga, TODOS los seres humanos somos parientes muy lejanos entre nosotros, ya que TODOS provenimos de una única pareja: Adán y Eva; y recuerdo que el poligenismo ha sido condenado por la Iglesia católica, a través de la Encíclica "HumaniGeneris" del Papa Pío XII.

Relaciones de parentesco entre diversas Casas Reales europeas. Las realezas europeas son endogámicas, ¿y qué?

Según el CIC 1917 (que es un texto legal falible, pero que hay que obedecerlo), la Santa Iglesia prohíbe el incesto, pero no la endogamia; es decir, prohíbe los matrimonios en línea recta ascendente y descendente, y en línea colateral hasta cuarto grado inclusive, es decir que se prohíben hasta el matrimonio entre tío y sobrina, y entre primos hermanos y entre primos segundos, pero esta prohibición NO es total, sino que hay dispensas en todas ellas, sea por parte del Ordinario o por parte del Papa, en el caso de tío-sobrina. Esas dispensas se permiten porque una cosa es una ley humana y eclesiástica como lo es la que se codifica en el CIC1917, y otra cosa muy distinta es la Ley Divina infalible que está en la Santa Biblia, donde se prohíbe claramente al incesto, y por eso uno no puede casarse con su hermana ni con su madre, ni ninguna de esas barbaridades.

Sin embargo, algún ateíllo u otro infiel estúpido, se estará preguntando: Si la Ley Bíblica prohíbe el incesto y la misma Biblia afirma que todo el linaje humano proviene de una sola pareja, ¿entonces de dónde vinieron los hijos de Caín (el que mató a Abel) y Set? El Génesis no detalla la respuesta a esa pregunta, pero se la puede inferir usando la lógica: es obvio que Caín para tener hijos tuvo que tener mujer, y lo mismo Set, y como la Biblia dice claramente que Adán y Eva no sólo tuvieron esos tres hijos varones, sino que tuvieron muchos hijos e hijas, entonces es lógico que Caín y Set, se casaron con sus hermanas carnales. Y sí, no tenían otra; pero eso NO era incesto, porque todavía en aquella época Dios no había decretado que esas uniones estuvieran prohibidas. Esas prohibiciones sólo surgieron después, para regular la convivencia humana; pero pese a todo, y a pesar de ciertas restricciones que decretó la Iglesia a través de sus leyes, la misma nunca prohibió a la endogamia.

De hecho, todos sabemos que en la Edad Media, existían los estamentos (no tan rígidos como las castas de la India, pero sí más rígidos que las clases sociales actuales) y las personas no solían casarse entre estamentos distintos, sino que generalmente el estado llano sólo se mezclaba con el estado llano y la nobleza sólo se mezclaba con la nobleza; y la realeza sólo se mezclaba con la realeza. ¿Por qué? Por varios motivos: uno era para preservar los genes de los linajes mejores en la aristocracia, y otra para no generar disputas por el poder y envidias asquerosas (típicas de las sociedades igualitaristas). A esa prohibición moral de no mezclarse indiscriminadamente (tampoco era que se prohibieran excepciones...) se le llama endogamia social u homogamia.

Y por supuesto, que la endogamia no era sólo social, sino también biológica, y particularmente en las clases altas. La Iglesia casi siempre daba dispensas para que primos se casaran entre sí, en los miembros de la nobleza y en la realeza. Y al final, todas las monarquías europeas terminaron emparentadas entre sí, y eso es muy positivo, porque así todo queda en familia y no existen tantas disputas territoriales y políticas, abogándose por una verdadera paz mundial. Además, que la realeza y la nobleza no se mezcle con la plebe es favorable para la plebe, porque así los linajes superiores no se disuelven y no "se acerca la monarquía al pueblo" como pretenden los modernistas. Si la monarquía se acerca al pueblo, ¿entonces qué sentido tiene que sea monarquía? Se desvirtúa totalmente y se impulsan luchas de poder entre las personas, intentando ascender en la escala social...Eso es lo que ocurre actualmente con la pseudo-aristocracia burguesa y aburguesada, esa plutocracia, que es la FALSA aristocracia del dinero (una oligarquía, la forma degenerada de aristocracia), y no del HONOR, y de la elección divina...Pues los monarcas católicos son elegidos por Dios, cuando están en el vientre de su madre; la Biblia lo enseña en sus libros de Reyes y demás, porque Dios eligió al Santo Rey David para que gobernara sobre Israel. El derecho divino de los reyes, la pureza de la sangre, la importancia de los linajes, los clanes, los estamentos, etcétera, son cosas muy importantes que el mundo moderno igualitarista y degenerado desprecia; son las viejas verdades olvidadas que lastiman los oídos de los impíos, cuando los justos se lo hacen recordar. Pues es lógico, que en parte (no siempre, claro), si la nobleza se une con la nobleza, entonces se reproducirá más nobleza; y ocurre lo contrario, cuando se juntan con la plebe: la nobleza se diluye, la monarquía y la aristocracia se desvirtúan y desnaturalizan.

Así que ¿la endogamia es buena? ¡Por supuesto que lo es! El resultado de la endogamia es el aumento de la homocigosis, lo que aumenta las posibilidades de que la descendencia sea influenciada por rasgos recesivos, surgidos de una adaptabilidad a los distintos ambientes de la Creación. El aislamiento reproductivo, por tanto, puede mejorar las características genotípicas y fenotípicas de una población, ¡y eso es bueno!

Lo que pasa es que la propaganda antirracista y multiculturalista promueve la exogamia indiscriminada, el mestizaje indiscriminado y sin ton ni son, para destruir las razas humanas, para destruir sus etnias y sus poblaciones aisladas, y así degenerar a la humanidad entera; a ese proceso malvado que atenta en contra de la creación divina, se le denomina como disgenesia, que es todo lo contrario a lo que nosotros proponemos: la eugenesia, es decir, mejorar a la humanidad, a través de endogamia (racial, social y biológica) y la selección natural racional de la pareja con uno se une. Las personas cuando se unen con otra, se supone que es para el beneficio de la humanidad y no del suyo propio, puesto que la reproducción no trae ningún beneficio individual; la reproducción es indispensable para la especie pero NO para el individuo y de ahí que el celibato sacerdotal sea algo que nosotros defendemos a ultranza, pues los sacerdotes deben seguir la sucesión apostólica, que se rige por características espirituales y no biológicas, y precisamente para que no existan disputas entre linajes biológicos sacerdotales, es que los sacerdotes no deben reproducirse. Ellos no lo necesitan; las personas que son llamadas al celibato y particularmente al sacerdocio, son muy felices, sin tener que reproducirse, y eso no es nada "anti-natural" como declaran algunos modernos progres hedonistas y degenerados asquerosos, que están a favor de la fornicación, la sodomía y las torpezas, pero en contra de la sana reproducción en el género humano.

La célula básica de la sociedad civilizada es la familia natural (y nosotros defendemos la natural y cristiana; tradicional, por supuesto) y para que el género humano se reproduzca (y poblemos la Tierra, como es el mandato divino), Dios estableció el sacramento del matrimonio, y decretó que sólo las relaciones sexuales (y normales) dentro del matrimonio son válidas y legítimas; lo demás es todo basura anti-natural y aberrante, no porque lo diga la sociedad, sino porque lo dice el Dios cristiano Uno y Trino. Así que el coito sólo debe estar presente dentro del matrimonio y el matrimonio es para la reproducción, o sea, para tener hijos, no para copular sin reproducirse, cayendo en el inmundo pecado onanístico de usar métodos anticonceptivos, lo cual causa mucha santa indignación a Dios, a los ángeles y a todos los justos del universo. ¡Por eso NO al aborto y NO a los anticonceptivos!

Por lo tanto, las autoridades de esta Comunión apoyan a la endogamia racial, social y biológica (entre parientes lejanos; NO incesto, como se explicó precedentemente) en las poblaciones.

CONCLUSIÓN:

En COPVS apoyamos la endogamia racial, étnica y social, pero NO el incesto.
En COPVS apoyamos la familia tradicional y cristiana.
En COPVS estamos en contra del genocidio blanco y del genocidio de toda la humanidad, promovido por la agenda mundialista. Estamos en contra de la disgenesia satánica y anti-cristiana (judeo-masónica-liberal-marxista internacional).
En COPVS apoyamos una verdadera eugenesia cristiana y natural (nada de aborto ni eutanasia), a través de la selección natural racional y la endogamia.

Andrés E-E Copvsianvs, el Presidente Apostólico de la Comunión.

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